miércoles, 4 de junio de 2008

ENSEÑAR CON TICS

TRANSFORMACIONES Y DESAFIOS

La sociedad de la información, caracterizada por una revolución en el campo de las tecnologías de la información y la comunicación, trajo aparejados grandes cambios en el plano personal, social y profesional de las personas.
Si reflexiono acerca de las herramientas tecnológicas que se han incorporado en mis actividades personales y profesionales en los últimos años, puedo identificar las siguientes:
computadora e internet, fax, impresora multifunción, celular, pendrive, CD, Data Show. Observo además que estas herramientas se han incorporado primero en relación al ámbito laboral, a excepción del celular, y luego han atravesado también el plano personal.
En el plano laboral estas tecnologías me han permitido comunicar proyectos, ideas, formas de pensar y también conocer que perspectivas y pensamientos tienen otros colegas. En este marco, que excede la comunicación cara a cara y oral, estimo que mi práctica se ha enriquecido a través del intercambio y la comunicación que se produce por medio de estas herramientas. Ello también generó la posibilidad de trabajar en proyectos institucionales, de capacitación y de investigación con colegas de otras áreas, socializando conocimientos y aprendiendo de los otros, en un intercambio profesional fructífero.
Asimismo, estas tecnologías me permitieron agilizar en cierto sentido la gestión de diversas tareas. Por ejemplo, en mi práctica como coordinador de la formación docente utilizo en ciertas ocasiones el celular para pactar y concretar reuniones en forma consensuada y rápidamente, antes que el cuaderno de comunicaciones de tipo formal que en ocasiones genera lentitud y burocracia.
La computadora e Internet, a través de los mail me permitió agilizar las comunicaciones con la dirección de nivel, agilizando la gestión y también hizo que acceda rápidamente a diversas informaciones que de otro modo difícilmente hubiera conseguido.
Por otro lado el uso del proyector conectado a la PC, incidió en el hecho de presentar en forma mas atractiva y organizada ciertas exposiciones tanto a nivel de mi coordinación, como en diversas capacitaciones en las que participé y en algunas clases con los alumnos.
Por otra parte quiero destacar que al mismo tiempo, estas tecnologías plantean dificultades con respecto al rol docente que a veces desconciertan. Por ejemplo, hace unos días un grupo de alumnos me dicen: ¿podemos traerle el práctico en un disquete para que usted lo vea y nos dice si esta bien? Bueno, dije yo (y me pareció algo normal) Después al verlo en mi casa encontré serios errores, pero que no sabía como señalar, ya que no estaba impreso. Terminé entregándoles el disquete y señalándoles en forma oral las correcciones que me acordaba. Y esto me desconcertó, ya que me llevó a cuestionarme si era lícito presentar prácticos en esta forma, ya que estamos acostumbrados a corregir en el papel impreso. Y esta situación me hizo replantear algunos aspectos que trae la introducción de las nuevas tecnologías, llegando a la conclusión de que su inclusión demanda otras dinámicas en la enseñanza y en el sistema tutorial.
En cuanto al estudio la incidencia de la computadora e Internet fue muy grande, ya que pude acceder a diversas capacitaciones en forma virtual y conectarme con tutores y colegas de distintos lugares salvando las distancias y los tiempos.
En lo familiar la conexión a través de Internet hizo que me sintiera mas cerca de mis seres queridos, a través del intercambio de fotos, mail, chat.
En síntesis creo que la incidencia en los distintos planos es múltiple y en varios sentidos, pero destaco los aspectos comunicacionales y la trasferencia de información.
Como aspectos negativos, considero que estas tecnologías han provocado en mi práctica profesional una sobrecarga de tareas y en ocasiones cierta angustia, por el hecho de tener que adaptarme desaprendiendo y reaprendiendo continuamente.
Por otra parte uno vive la paradoja de querer actualizarse, querer incorporar las nuevas tecnologías en sus práctica, pero al mismo tiempo sufrir un cierto malestar debido a que el trabajo por horas cátedra no contempla los reales tiempos que ello necesita no solo en el ámbito de la planificación, sino en el del seguimiento y la evaluación de la enseñanza con TICS.
Evidentemente en los últimos años estamos sufriendo un cambio profundo en nuestros hábitos y costumbres pertenecientes a la tarea docente. Existe una intensificación de la tarea que no viene acompañada con políticas educativas que acompañen este proceso. Por un lado, trabajar con tecnologías en el aula requiere de preparación y adaptación del material tanto tecnológico como educativo, es decir el hardware y software, lo cuál exige un plus de tiempo no rentado. Por otro lado, este tipo de enseñanza requiere de espacios y condiciones institucionales que generalmente no se dan. Corrientemente sucede que las aulas no están equipadas para ello, el material tecnológico no siempre está disponible o a veces está incompleto. En ocasiones ocurre que sencillamente el soporte tecnológico no funciona y no hay un especialista a mano, con lo cuál uno se plantea si el nuevo rol docente incluye ser especialista en el manejo tecnológico o si por el contrario las instituciones deben poseer técnicos en informática o en informática educativa al servicio del docente.
Creo que las nuevas tecnologías y la industria productora de las mismas no ofrecerán soluciones a estos inconvenientes, con lo cuál queda la responsabilidad en manos de la política educativa. Y la política educativa incluye la capacitación de los docentes pero también y fundamentalmente la trasformación de las condiciones temporales y espaciales de la institución, como asimismo de los modos habituales de la dinámica institucional.
Me parece que este encuentro entre la sociedad de la información y la escuela tiene la fuerza suficiente para provocar no sólo presiones y demandas a la tarea docente sino principalmente cuestionar vitalmente la identidad del docente, dado que el mismo construyó su identidad en relación a la escuela de la modernidad y actualmente estas transformaciones exigen reconfigurar su autoimagen y autovaloración.
Pero para agregar mas complejidad a esta tensión, entiendo que existe otra fuerza en sentido contrario que es la de las culturas institucionales, que evidentemente siguen generando una dinámica institucional y un rol docente en consonacia con la escuela del siglo XIX. En este contexto me surge un interrogante ¿quién soy y quién seré como docente de cara a la escuela del futuro?
Finalmente es lícito reflexionar, a partir de los planteamientos de Morín, sobre lo siguiente: estas transformaciones a partir de las TICS ¿podrán lograr que la comunicación vaya de la mano con la comprensión humanizada o simplemente nos encierran en un mundo de aislamiento e incomprensión? Y en ese caso ¿que condiciones deberíamos fortalecer para no quedar atrapados en esa disyuntiva?

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